CONTABILIDAD 101

A la hora de gestionar el aspecto económico y financiero de nuestro negocio se debe llevar a cabo un análisis de la contabilidad y del patrimonio. Para ello el balance de la situación nos permite reflejar e interpretar la situación de nuestra empresa, su evolución y su proyección hacia el futuro.


El balance es una instantánea del estado económico de la empresa en determinado momento (p.e. al final del año) y que nos permite comparar y ver su evolución en el tiempo.
Según enfoquemos el valor patrimonial de la empresa podemos distinguir dos conceptos: el activo y el pasivo. El activo incluye todos los bienes que posee la empresa, y son los recursos a partir de los cuáles la empresa espera conseguir beneficios. El pasivo recoge todo el dinero invertido en estos activos, es decir, es el dinero que se ha invertido en la empresa.
EL balance consiste en analizar la relación entre el activo y el pasivo. Lo primero que se debe entender es que el activo debe ser igual al pasivo. Una vez comprendido ésto debemos matizar los subtipos que forman el activo y el pasivo:

- Activo corriente: dinero en sí, o lo que está destinado a convertirse rápidamente en dinero (en menos de un año)

- Activo no corriente: son los bienes y propiedades de la empresa

- Patrimonio neto: no hay que devolverlo, suele ser el capital propio

- Pasivo no corriente:  coste que tienes que devolver a largo plazo

- Pasivo corriente: coste que tienes que devolver en este mismo



Así de forma general, el activo corriente debe ser suficiente para suplir al menos el pasivo corriente. 

Desde el punto de vista del equilibrio financiero se pueden dar varias situaciones:

- Situación ideal: el activo total es igual al patrimonio neto, y no hay ningún tipo de pasivo ajeno. Se trata de ser autosuficiente.

- Situación normal: el activo corriente es menor que el pasivo corriente (dejando un fondo de maniobra), o in extremis son iguales.

- Situación problemática: existen problemas de financiación, y no se puede pagar el dinero que se tiene que devolver. Puede ser de dos tipos:

  • Falta de liquidez: El activo corriente es menor que el pasivo corriente. Para poder pagar se debe  tomar de recursos del activo no corriente o bien pidiendo créditos de funcionamiento.
  • Insolvencia definitiva (quiebra): cuándo el pasivo corriente es mayor que el activo total. Es decir,  todos los recursos que tiene la empresa no son suficientes para pagar lo que debe a corto plazo.

En relación al balance de la empresa se debe buscar siempre una financiación próxima a la situación óptima o normal, y poder detectar cuándo se esté aproximando a una situación problemática para tomar medidas.



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